top of page
Jesús Jiménez Domínguez - Frecuencias
comprar "Frecuencias" (Jesús Jiménez Domínguez)

Frecuencias

Jesús Jiménez Domínguez

Visor

(Madrid, 2012)

 

XXXVIII PREMIO DE POESÍA "CIUDAD DE BURGOS"

 

78 págs.

ISBN: 978-84-9895-813-3

 

¿Cómo escribir Poesía después de la Poesía? El poeta camina extranjero por un ya desforestado bosque de símbolos, suspendido tan sólo del frágil hilo de su afónica voz que, de algún modo, pretende salvar la insomne Canción, la real fantasmagoría de la Canción. Es verdad: la Alegoría ha muerto, como declara este poemario; pero en su lugar quedan esas enigmáticas ondas de baja frecuencia que pueblan el Universo de Jiménez y que en su mudez dicen el misterio. Jesús Jiménez (Zaragoza, 1970), lo sabe. Por eso, si a su oído izquierdo susurra el demonio de Demócrito, por el derecho susura el demonio de Valéry desdiciéndose de que el resto sea sólo literatura. Por eso se esmera en hacer del árbol un ataúd para que la deseante imaginación del lector lo reconstruya con todas sus ramas, sus flores y el fulgor de sus frutos. Ciertamente el corazón y la cabeza son enemigos, pero en su disculpa arman una extraña música, con el bífido Ángel de Schlegel dirigiendo, en lejanía, la disonante sinfonía de la ironía infinita... Jiménez, como el hilarante Demócrito, conoce la terapéutica del humor, pese a los corrosivos venenos diseminados en su palabra, o precisamente por ello. Poesía desasosegada, inteligente y lúdica, de súbitos juegos de palabra, de quiebres y giros de ritmo, de elaborado y limpio lenguaje que tiende inusitados puentes entre las diversas zonas de la experiencia, haciéndose sorprendente en su mestizaje. Jiménez es el paradójico nada-dor que, con la disolvente materia del tiempo y su rostro más nefasto (la muerte), urde o deja entrever -acaso a contravía- una sugestiva "metafísica" de la inmanencia contra la soberanía de la Nada.

 

RÓMULO BUSTOS AGUIRRE

LA VIDA SECRETA DE LAS PIEDRAS

 

Por fuera la piedra es una adivinanza:

nadie sabe cómo resolverla

 

CHARLES SIMIC

 

Viven inmóviles la mayor parte del tiempo

porque es su estrategia pasar inadvertidas.

De día parecen soñar al borde del abismo

y ni el fuego ni la lluvia pueden comprenderlas.

Pero de noche, si hicieras oído sobre ellas,

escucharías fiestas clandestinas allí dentro,

átomos sacando a bailar a otros átomos,

fuegos artificiales en sus cielos domésticos.

 

Apenas les damos la ocasión o la espalda,

se despiden de la tierra para ser del aire.

Deja que rueden cuesta abajo persiguiendo al sol,

que los ángeles de los cementerios las incuben.

A veces, dos piedras se encuentran en el camino

y se frotan saludándose con relámpagos secretos:

ello prueba que son parientes lejanos de las nubes.

 

A algunas les gusta traspasar la gelatina de silencio

que cubre las cosas y ser estrépito en los cristales,

tropezar dos veces con el mismo hombre,

viajar sin salvoconducto al país de las heridas.

Otras prefieren el fondo de los ríos, sentir sobre ellas

pasar el agua como los créditos de un largometraje.

Si la corriente fuera forense y pudiera abrirlas

sabría entonces de qué murió la montaña.

 

Las piedras del camino jamás responden:

hechas de silencio, cuando las nombramos

las arrojamos a nuestro propio tejado.

 

 

 

 

PANTA RHEI

(HERÁCLITO DE ÉFESO)

 

Heráclito nº 1 sale de casa y en el camino se une

a Heráclito nº 2 quien, exacto como el día,

baja hacia el río con la intención de darse un baño.

Hace calor y el cuerpo pide una tregua al verano

mientras, distante, el alma batalla un invierno precoz.TE

Y he aquí que, cuando llegan, ya está Heráclito nº 3

nadando entre los juncos frescos y la brisa verde.

Ved a Heráclito nº 4 apartando el agua del agua

(el hidrógeno a un lado, el oxígeno al otro),

el río cerrándose sin cicatriz detrás de Heráclito nº 5.

Sentid un relámpago de peces alrededor de Heráclito nº 6,

la electricidad del momento, la transparencia de la tarde.

 

Pero oscurece y es hora de cenar antes que la noche los disuelva.

Heráclito nº 7 los convoca en la orilla, entre las sombras ácidas,

y todos los Heráclitos del día se reúnen sucesivos y distintos:

el insondable y el solitario. El maledicente y el distraído.

Sobre la hierba rumorosa, lejos del mundo, los oímos

compartir la miel y el instante, la sed y las palabras:

 

No puede bañarse uno dos veces en...

 

Y es en este punto de la historia cuando, de repente,

el trueno que suele rubricar los grandes episodios

se adelanta lo justo para ahogar el final de la revelación,

negándonos así los laureles todos del conocimiento.

Y de nada sirve rebobinar este río como una vieja cinta de vídeo.

Apenas llegamos al fotograma del estruendo, ya no queda nadie:

las orillas están desiertas, el cauce seco, la noche vacía.

 

 

 

 

THE CRACK IN THE CUP OF TEA

 

Y la grieta en la taza de té abre

un camino al país de los muertos

 

W. H. AUDEN

 

Hay una grieta abriéndose camino

en mi taza de té.

 

Lleva días explorándola,

recorriéndola en el asombro,

abrazándola con su rúbrica

en un desesperado intento de hacerla suya.

 

Estéril como una raíz sin tallo,

¿de dónde vino y adónde pretente llegar?

¿Qué busca hoy entre mis cosas?

 

Fuera de la taza era invisible, no era nada;

pero ahora que entró en ella, puedo verla al fin:

eres aquí, grieta, la ausencia de la taza.

 

Tal vez si la sigo, si voy tras ella,

tenga algo que mostrarme

cuando alcance su destino.

Quizás al final de su rayo minúsculo

me aguarde una gran tormenta

y algo estalle para que algo cambie.

 

De noche, la grieta y yo permanecemos despiertos.

Echamos un pulso por el dominio del mundo:

yo, firme, mantengo la entereza.

Ella, esquiva, prefiere ir por partes.

 

 

 

 

EL PUENTE EN LA NIEBLA

 

Me detengo

a mitad del recorrido

y escucho.

 

En un extremo

aquel que fui me grita:

¡Espérame!

 

En el otro,

el que seré me susurra:

Sígueme.

 

Y el puente, eterno,

no aguanta el peso de los tres.

 

 

 

 

EL GRAN POEMA DE AMOR QUE EL MUNDO LLEVABA LARGO TIEMPO ESPERANDO

 

[Ella me dice: ¿Para cuándo el poema que me debes

y no esos versos con puentes, paraguas y grietas

en los que sólo la Muerte parece ganarse la vida?

No pido mucho: bastan dos o tres adjetivos

subiendo al paladar como los buenos bizcochos.

Unas palabras, se me ocurre, que vengan a decir algo

de la luz, esa rara puntualidad del día cuando despierto.

Unas palabras que expliquen por qué en el fondo de mis ojos

sobreviven colores anteriores a la creación de la vista.

 

Un poema donde las metáforas (pocas) no sean

como esos ahogados que al cabo del tiempo suben

a la superficie y huelen mal, sino como aquellas cajas

de cartón pintado que esconden un muelle dentro.

Un poema donde quedarnos a vivir sin tener

que pasar la bayeta por sus verbos llenos de polvo.

Un poema fresco como la hierba mojada de verano

para que rueden, mezclánose, el sol y los cuerpos

y pueda perseguir un collie su disco rojo.

Unas pocas líneas donde aquí se diga "instante"

y un poco más abajo "siempre" y luego todo se dilate

más allá del Más Allá: Love stronger than Death.]

 

Hoy, por fin, radios y televisiones de medio mundo

interrumpen sus primeras noticias para retransmitirlo.

La expectación, lógicamente, es máxima; no es para menos.

A tal efecto han detenido su flujo las horas de Greenwich,

los aeropuertos de Europa, los ríos de Heráclito.

Las hormigas allá abajo hacen un alto en su trabajo diario,

se paran las fábricas de nubes, el arpa de Coleridge enmudece.

Hay redobles y guirnaldas, suenan trompetas, pífanos.

Porque aquí llega, aquí está El Gran Poema De Amor

Que El Mundo Llevaba Largo Tiempo Esperando:

bottom of page